La flexibilidad es una de las cosas que normalmente los terapeutas trabajan con los nenes con TEA. Debemos entender que ellos son los que tienen esta patología y no nosotros.
Para ayudarlos deberemos ser nosotros mismos lo mas flexibles posible. Y si antes no lo eramos tanto puedo asegurar que ahora deberemos lograrlo, o intentarlo al menos.
Tener un hijo con TEA implica ver el mundo de otra forma, entender que no todo es blanco o negro, que miles de grises en el medio. Que lo que hoy no funcionó quizás funcione mañana. Que lo que vemos como negativo podemos transformarlo a su favor.
Empezar a ver el mundo con otro cristal sera seguramente parte del proceso que cada uno de nosotros emprende en este viaje.
Cuanto mas podamos trabajar nuestra flexibilidad mas los ayudaremos a ellos y al resto de las personas que no entienden nada del tema y que también deberemos educar para preparar para ellos un mundo mejor.
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