domingo, 18 de noviembre de 2012

Brindarle la mayor cantidad de experiencias posibles


Por mas que las cosas se pongan difíciles, en ciertos momentos, lo peor es aislarse o encerrarse.

Nuestros hijos siendo chicos, necesitan de la mayor cantidad de experiencias posibles, que son las que le permitirán seguir aprendiendo.
Como podemos hablarle de un tren por ejemplo si nunca vio uno de verdad, o de un tobogán si nunca se tiró por uno.
La mayor cantidad de experiencias reales que podamos brindarles serán enriquecedoras para que puedan ir registrando el mundo que les rodea.
Con Lauti desde muy chiquito hicimos eso, sin molestarlo ni exponerlo a cosas que no le gusten, buscamos la manera de que él se impregne lo mas posible del mundo, que lo vea, que lo sienta, que lo explore. Y en cada una de esas experiencias es muy bueno poner en palabras lo que ve, para que pueda ir construyendo en su cabecita poco a poco las palabras que tanto queremos escuchar.
Como voy a querer que juegue con los autitos, en un juego mas elaborado, simulando que van por la ciudad, que van a cargar nafta y que van al lavadero automático, si nunca  lo experimentó, si no sabe de que se trata.
Por eso, además de tratar de llevarlo a vivir experiencias, nos ayudó mucho involucrarlo, contarle.
“Lauti esta es la estación de servicio, papá va a cargar nafta en el auto para que podamos seguir andando, etc.”
Las primeras veces parecía que hablamos como los locos, solos, no sabíamos si quiera si nos estaba escuchando, pero puedo asegurar, que al menos en nuestro caso, cuando las palabras comenzaron a llegar, sentimos que todo había sido registrado en su cabecita  y estaba esperando el momento para salir.
Como si hubiese registrado información durante un largo tiempo, para después, más adelante sacarla y usarla.
Todas las experiencias reales que nosotros le brindemos también, nos van a servir después para ayudarlo a desarrollar un juego simbólico y con significado.
Podremos repetir ciertas situaciones con los muñequitos de los personajes que le gusten, o jugando nosotros mismos en esos papeles.
Por eso como mamá en ese sentido siempre fui un poco atípica si me comparaba con otras que conocía, ya que no me importó en absoluto que se ensucie, que se moje, que se le caiga algo si era  porque quería probar alguna experiencia que le iba a servir.
Las madres de los nenes especiales tenemos eso, que esperamos con tanas ansias que las cosas sucedan, que cuando suceden no nos importa el como. Y si para que sucedan hay que ensuciarse, , hay que mojarse cuando ya están cambiados, hay que caerse, no importa!!! Lo que importa es que quieran, que tengan ganas, que lo hagan, que lo aprendan!
Por eso digo que cuantas mas experiencias mejor. Cuanto mas se involucren en la vida cotidiana familiar, cuanto mas salgan, cuanto mas les contemos lo que estamos haciendo o lo que vamos hacer, mejor sera.
No voy a negar, que muchas veces al probar algo nuevo, tueve temor, de fallar, de que saliera mal, de preguntarme "para que se me ocurrio hacer tal cosa", pero cuando logré romper esa barrera, siempre por una u otra razon valio la pena.

Como la primera vez que lo lleve al teatro a ver Hi5, cuando lo lleve por primera vez al cine, cuando hicimos algun viaje, cuando fuimos a la playa, o la primera vez que fui sola con el al supermercado  y en lugar de llevarlo en el carrito donde esta mas controlao, fuimos caminando y le pedi que me ayude en la compra, etc.
Algunas veces fueron exitosas, otras mas o menos, pero de todas sacamos algo positivo, algun aprendizaje, y ademas nos dimos la oportunidad de inentarlo y de sumarle experiencias, que lo ayuden a crecer.
Por eso desde mi experiencia, recomiendo romper con la barrera del temor, o del "como va a salir", no pensar en los demas, sino solo en el y nosotros. Probar y disfrutar mucho cada experiencia.

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